La verdad (y los números) detrás de 560.000€

Estamos hartos de ver asépticos anuncios sobre inversiones millonarias en startups. Por una vez, conocerás la verdad y el trabajo que hay detrás de los números.

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La semana pasada saltó la noticia de la inversión de 560.000€ en la startup española Ducksboard. Una más, si no fuera porque he conocido la historia de la empresa casi desde el principio y a la panda de camaradas del metal que hay detrás: Aitorciki, Wulczer y, por supuesto, Diego Mariño.

Comentando la primicia con Diego, los dos coincidimos en que este tipo de anuncios siempre se quedaba en la superficie y nunca contaba todo el trabajo que hay detrás de una startup. Por miedo a romper ese ancestral tabú que hay en España alrededor de todo lo que sea sueldos o beneficios, o a dar información vital a sus competidores, el mundillo estartapil nacional se mueve habitualmente en un absurdo secretismo que no beneficia a nadie.

Porque la información de cómo otros han conseguido emprender con éxito es vital para los que aún están intentándolo. Y porque cada vez que una empresa tecnológica española crea un negocio rentable, vendible -o ambas cosas- la Industria española crece. Un crecimiento del que nos beneficiamos todos.

Por eso, [highlight]he engañado a Diego para que me conceda una entrevista que arroje un poco de luz sobre que hay detrás de esos 560.000€[/highlight]. Los que quieran ir «más allá» de las cifras oficiales, podrán disfrutar de un combate de boxeo de más de 1000 palabras… y sólo es la primera parte. Arrancamos.

Equipo de Ducksboard

El equipo de Ducksboard haciendo como que trabaja mientras montan una partida de Quake 3 en red local

Diego ¿Qué hay detrás de todo este ruido?

Una inversión de 560.000€. Liderada por Cabiedes Venture Partners y Kibo Ventures. Y a ella se suman conocidos del sector como François Derbaix, Juan Luis Hortelano o Jesús Monleón entre otros.

¿Et tu Brute?

Nuestra idea inicial era desarrollar el proyecto sin financiación y con un equipo pequeño. Queríamos crear la empresa en la que siempre nos hubiera gustado trabajar y desarrollar productos que pudiéramos vender lo antes posible para ser autosuficientes, siendo Ducksboard el primero de ellos.

Pero, tras nuestra primera toma de contacto real con el mercado -ya no con previsiones en papel sino con el producto lanzado- empezamos a ver el gran potencial que tenía la herramienta y la oportunidad que se ha abierto para el mercado del business analytics. En seguida nos dimos cuenta de que necesitábamos más recursos de los que disponíamos para hacer todo lo que queríamos.

[quote]Queríamos crear la empresa en la que siempre nos hubiera gustado trabajar[/quote]

Al mismo tiempo, un business angel (que prefiere seguir en el anonimato) se ofreció a invertir una cantidad maja y empezamos a valorar la opción de «abrir» la empresa a nuevos socios, con todos los pros y contras que ello implicaba y como podía afectar a la cultura de empresa que estábamos intentando crear.

El lado oscuro es poderoso. Y entonces, ¿qué hicisteis?

Lo que cualquier insensato haría: dejar las intenciones de inversión reposar en un cajón varios meses y centrarnos en salir al mercado. Intentábamos llevar la contraria a todos los que dicen «time kills all deals«. Somos muy de llevar la contraria en Patolandia 🙂

Hacia diciembre, una vez lanzado el producto en el mercado, nos pusimos de nuevo a cerrar la ronda. Teníamos la suerte de poder contar con el apoyo de Cabiedes and Partners, que tienen una experiencia tremenda en el sector y con los que nos entendimos muy bien. A partir de ahí, fluyó todo de forma bastante natural: poco después, se sumó Kibo Ventures y otros business angels, acostumbrados a coinvertir con Cabiedes, se sumaron a la ronda y, un par de meses después, estábamos en el notario.

Hablas de Cabiedes y Kibo como de Epi y Blas, pero ¿crees que es fácil para el común de los mortales conseguir que esta gente invierta en ti?

No creo que tanto, aunque sí es verdad que se percibe la sensación de que hay más oportunidades de financiación. En nuestro caso, fue determinante el track récord previo y cumplir con los 3 puntos principales: equipo, producto y tracción.

[quote]Fue determinante cumplir con los 3 puntos principales: equipo, producto y tracción[/quote]

Sí. Hace tiempo que llegué a la conclusión de que, en este país, si buscas financiación decente tienes que llegar con un producto y experiencia por delante, más que con simple idea. ¿Cuánta pasta habéis metido en el proyecto?

Hasta llegar a este punto, entre los tres socios fundadores, hemos invertido [highlight]poco más de 100.000 euros[/highlight]. Algo más de la mitad del presupuesto lo invertimos en Diseño/UX y, el resto, principalmente en salarios. Nada especial.

Confiesa. ¿Habéis tirado en algún momento de dinero o ayudas públicas?

Sí. A través de AJE Madrid, [highlight]recibimos en noviembre un crédito ENISA de 44.000 euros[/highlight] y creo que lo debemos empezar a devolver el mes que viene. Y nada más por esta parte. Tampoco tenemos prevista ninguna otra ayuda pública en nuestro plan de negocio.

Y acudís a la financiación privada. ¿Cómo resolvisteis temas tan peliagudos como suelen ser la valoración de la empresa y el porcentaje de acciones a ceder?

Pues… con sentido común 🙂

No sabíamos cómo ponerle precio a Ducksboard, así que buscamos una forma sencilla: [highlight]dar un porcentaje razonable a cambio del dinero necesario para dar un salto de magnitud[/highlight].

Haciendo números, vimos que, con unos 500.000 euros, podíamos cumplir unos objetivos ambiciosos y así se fijó la necesidad. La valoración surgida de esa cifra era razonable y con eso nos quedamos. Luego, al contrario de lo que se suele hacer, no jugamos a subastar la valoración. La dejamos fija para poder escoger a los inversores.

Finalmente, el tema de reparto de derechos fue también con sentido común. Me senté con José Martín Cabiedes y, en una hora y media, lo cerramos. Al ser los principales actores del sector, su contrato se ha convertido ya en un estándar que el resto de inversores conocen y entienden. Todo el proceso fue bastante natural y sencillo.

Todo muy bonito, pero sigues sin soltar prenda del porcentaje de acciones que habéis cedido a cambio de la inversión…

Darte cifras concretas aquí implicaría traicionar la confidencialidad del pacto de inversión, pero en resumen: los socios fundadores mantenemos una amplia y cómoda mayoría y los inversores, una minoría en la que también se sienten cómodos 🙂

Me estás diciendo que no habéis cedido más del 50%… y poco más. Cuéntame por lo menos a dónde se va la pasta. ¿Sueldo? ¿Marketing? ¿Operaciones?

A día de hoy, el principal coste de la empresa son los salarios. De lejos.

Para que te hagas a la idea, por cultura empresarial, yo como CEO he de cobrar menos que cualquier técnico a jornada completa. Y [highlight]me he asignado un sueldo de 35.000€[/highlight]. Somos una startup que, si bien no paga al nivel de Tuenti -benditas leyendas urbanas corren- está dispuesta a contratar buenos técnicos y pagarles salarios de mercado.

Y luego, en Marketing, se irá una cantidad maja. A poco que estabilicemos conversiones, afinemos los diferentes canales de adquisición de usuarios y reduzcamos churn, invertiremos unas pocas decenas de miles de euros al mes.

[quote]Estamos dispuestos a contratar buenos técnicos y pagarles salarios de mercado[/quote]

Joder, Diego… con lo bien que ibas y has tenido que soltar ese palabro de churn, en vez de cancelación. Eso apesta totalmente a MBA…

[typography font=»IM Fell DW Pica» size=»24″ size_format=»px»]To be continued?[/typography]

Me queda por lo menos la mitad de la entrevista por publicar, pero he decidido parar aquí para que un artículo que ya va por las 1400 palabras no se convierta en un AUTÉNTICO LADRILLO.

En este artículo, me he centrado en la parte más económica de la conversación, pero, si queréis que publique una segunda parte, en la que interrogo a Diego sobre los lenguajes de programación, tecnologías y herramientas que han utilizado, el equipo técnico o cómo creó el plan de negocio, comunicádmelo por las vías habituales:

  • Haciendo un ingreso solidario en mi cuenta bancaria
  • Enviándome por correo una foto vuestra disfrazados de Pitufo
  • [highlight]Mediante comentarios en este mismo artículo[/highlight]

Disclaimer anti-bocachanclas

No tengo ni he tenido acciones de Ducksboard. Jamás he trabajado para ellos y no he recibido ni un duro de la compañía. Una vez, Diego Mariño me invitó a un café en un VIPS, pero yo le he invitado a él a MUCHAS más cervezas. Anomalía de la que, después de esta inversión, no tiene excusa para no corregir.

La última vez que Diego me invitó a algo -concretamente, a jugar al FIFA en su casa- le di calabazas para hacer algo tan cancamusístico y estartapil como irme a debatir sobre lenguajes dinámicos vs. lenguajes estáticos en el DevOpenMadrid. Así somos los gurús…