Dynamic Pricing: inteligencia aplicada a tus precios

Internet ha democratizado el acceso a tecnologías que antes sólo estaban al alcance de grandes empresas, como el Dynamic Pricing o gestión automática de precios

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¿A qué precio debemos vender nuestros artículos? ¿Somos caros o baratos? La psicología aplicada a precios dice que los consumidores consideran que algo es barato si su coste es inferior al de artículos similares.

Por otro lado, la lógica empresarial básica determina que siempre se debe vender con el máximo margen de beneficio posible. El dynamic pricing -o gestión automatizada de precios- intenta reconciliar ambos conceptos.

Muestra de precios dinámicos en Otogami

El dynamic pricing no es más que intentar ajustar oferta y demanda en tiempo real, modificando de forma automática tus precios según una serie de criterios como la disponibilidad o el precio ofertado por la competencia.

En el caso del juego con el que ilustro este artículo, Naruto: Clash of Ninja Revolution 2 -aunque lo normal es que los videojuegos vayan reduciendo su precio de lanzamiento-, desde que lo monitorizamos en Otogami, hemos comprobado como este se ha ido incrementando al mismo tiempo que disminuía su disponibilidad. Desde los 24,95€ que registramos el 31 de julio de 2012 hasta llegar a la locura de pedir hoy 97€ por un juego mediocre de Wii con más de 4 años. Que alguien esté dispuesto a pagarlo es otra cosa porque, como veremos más adelante, una cosa es ajustar tus márgenes y otra, muy diferente, es hacerlo de forma inteligente.

(Poca) inteligencia aplicada a tus precios

La gestión dinámica de precios va mucho más allá de una simple comparación con tu competencia, pero, de vez en cuando, salta a los medios de comunicación una CAGADA tremebunda generada por sistemas que actúan sin supervisión. Famoso fue el caso del libro que llegó a costar 23 millones de dólares en Amazon, como consecuencia de 2 programas de Dynamic Pricing compitiendo entre sí.

precios dinamicos

El Vendedor A monitorizaba los artículos del Vendedor B y, si no los tenía disponibles, establecía un precio un 27% más caro que el del vendedor B, confiando en poder comprarle el artículo y revenderlo para así sacar beneficios. Por otro lado, el Vendedor B monitorizaba los precios del Vendedor A y ajustaba sus precios para que siempre fueran un 2% más baratos, ni más ni menos. El resultado fue una escalada de precios tan divertida como absurda y que reveló una falta de control absoluta por parte de Amazon.

Herramientas para usar Dynamic Pricing

El modelo de negocio de Otogami, más allá de las comisiones por ventas afiliadas, pasa por crear la mayor base de datos de precios de videojuegos del mundo para poder aplicar precios dinámicos y vender directamente o mediante dropshipping, pero NO es una herramienta de Dynamic Pricing.

Muchos negocios están usando dynamic pricing, algunos de forma más evidente que otros. Desde compañías aéreas y hoteles, hasta Amazon. Pero la verdadera revolución ha llegado cuando, gracias a Internet, se ha podido automatizar la extracción de datos y democratizar el acceso a herramientas de gestión de precios, antes reservadas a grandes corporaciones.

Hay distintas herramientas de gestión de precios: Marketshare, Profit2Vendavo y, por supuesto, soluciones españolas como la que han creado los murcianos de Minderest. He estado hablando con su CEO, Antonio Tomás, sobre comparación de precios y los retos técnicos que nos estamos encontrando, tanto ellos como nosotros, y le he pedido que me mandara un par de capturas de su aplicación para que os hicierais una idea del aspecto que tiene un gestor de Dynamic Pricing:

Captura de Minderest

Pulsa sobre la imagen para verla más grandota

 

Captura de Minderest

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Conclusión ¿Está hecho el Dynamic Pricing para mí?

Depende de lo que vendas. Si comercializas soluciones únicas y con alto valor añadido, no necesitarás usar dynamic pricing sino hacer un análisis profundo y constante de tu competencia. Agroguia, Storetto o Certificación PM, por poner algún ejemplo, no necesitan modificar su precio de forma dinámica y constante.

Sin embargo, si vendes commodities -productos que tus clientes pueden encontrar en otros proveedores- como, por ejemplo, videojuegos, libros o electrónica, tus ventas serán muy sensibles a las variaciones de precio y es muy probable que prefieras ajustar tu margen antes que no vender nada.