Objetivos para 2021

scroll

Por duodécimo año consecutivo cumplo con la tradición de escribir mis propósitos de año nuevo.

La escuela de filosofía cuñadista liderada por el Capitán Obvio suele repetir una y otra vez que no hace falta esperar 12 meses para definir unos propósitos y menos aún para cumplirlos, pero para el pragmatismo bonilliano, estas fechas son una oportunidad para hacer una pausa en nuestro día a día y tomarnos un tiempo para recordar de dónde venimos y reflexionar sobre a dónde queremos ir.

2020: PAQUITA SALAS

Mi principal objetivo para 2020 era mejorar mi día a día y el de los que me rodean y definí un conjunto de propósitos que me ayudaran a conseguirlo. Entonces, llegó el COVID…

5. BUSCAR AYUDA PROFESIONAL PARA PREPARAR (BIEN) UNA MARATÓN (FALLO), una excusa tan buena como cualquier otra para cuidarme. En febrero acabé una maratón (Sevilla) que nunca debí correr para acompañar a los que nunca pienso fallar. Entonces, llegó el COVID.

Por razones evidentes, ni pude seguir un entrenamiento guiado para preparar una maratón ni tampoco cumplir mi sueño de correr la original (la que va del pueblo de Maratón hasta Atenas). La sensación de fracaso es ABSOLUTA porque, más allá del confinamiento y de los obstáculos que las distintas medidas sanitarias han supuesto (correr con mascarilla, solo en determinadas franjas horarias, restringiendo las salidas en grupo) el principal culpable de no haber entrenado bien he sido yo.

Probablemente no sea el momento para autofustigarnos sino de reconocer que la incertidumbre y aislamiento que nos trajo la pandemia nos afectó psicológicamente más de lo que supimos reconocer en un primer momento, pero no puedo evitar sentir que -sin excusas- me dejé llevar.

4. SEGUIR UNA DIETA (MAYORITARIAMENTE) VEGETARIANA (FALLO). La idea era intentar seguir una dieta vegetariana -con bastante flexibilidad- después de la maratón de Sevilla, pero apenas un mes después llegó el COVID y nos confinaron.

Candela -con buen criterio- me pidió que aplazara mi decisión. En una situación de máxima tensión e incertidumbre, donde hasta hacer la compra era complicado, no parecía el mejor momento para empezar a hacer experimentos en la cocina ni mantener 2 dietas -y 2 despensas- distintas en una casa con 2 niños. Pero una cosa es no seguir una dieta vegetariana y otra no alimentarse de forma equilibrada. Hay personas a las que la ansiedad les cierra el estómago y otras -como yo- que a las que le da por comer de forma impulsiva. Podría justificar así la dieta descuidada que he llevado en el último año, pero también creo que -llegado un punto- me dejé llevar.

3. PROFESIONALIZAR LA ORGANIZACIÓN DE LA TARUGO5, PARA QUE LA DISFRUTEMOS TODOS (FALLO). El plan era que Candela dejara Manfred para dedicarse en exclusiva a organizar la Tarugo con el apoyo de proveedores externos. Firmamos un convenio con el Ayuntamiento de Madrid y contratamos a Urban Event Marketing para que nos ayudaran no ya durante los días los del evento, sino a lo largo de todo el año. Entonces, llegó el COVID.

Cuando nos confinaron le pedí a Candela que se quedara en Manfred para ayudar a sacar adelante la empresa. Hasta abril no quise admitir que no podríamos celebrar un evento presencial este año y me planteé los problemas e incertidumbres que conlleva organizar un evento online. Lo más racional hubiera sido cancelar la edición de 2020, pero me empeñé en seguir adelante por un estúpido sentimiento de deber y compromiso que hizo que me resultara insoportable la idea de rendirnos ante el virus sin plantar batalla. Así que, lo hicimos.

Con Candela centrada en Manfred, conformé un núcleo de voluntarios para crear la #tarugo20 -compuesto por Bea, Yeray y Jero– al que arrastré a seis meses de duro trabajo. Lo que queríamos hacer no se había hecho antes -al menos, que nosotros supiéramos- y no es sencillo delegar tareas cuando no sabes lo que te espera por delante. Así que, una vez más, asumimos la mayoría del trabajo. Quiero pensar que el esfuerzo mereció la pena, pero no salió gratis: el equipo en general acabó exhausto.

2. HACER QUE MANFRED TRASCIENDIERA AL PERSONAJE ‘DAVID BONILLA’ (CONSEGUIDO). Cada mes se registran más manfreditas que no saben quién soy ni lo que hago. Hemos empezado a tejer los mimbres para que la empresa pueda funcionar sin mi; empezando por vender la compañía a Sngular -un grupo empresarial, que nos ha proporcionado los recursos necesarios para completar nuestra visión- y siguiendo por dotar a la compañía de un corpus de seniors que mentoricen y ayuden a los más juniors a gestionarla. Nos queda mucho por hacer, pero Manfred ya tiene vida propia.

Y lo más importante de todo no es lo que hemos conseguido -poco o mucho- sino que lo hemos hecho sin traicionar nuestros valores e idiosincrasia propias. Casi un año después de la venta, me llena de orgullo echar la vista atrás y ver que, a pesar de todo, todos los objetivos que nos marcamos se han ido cumpliendo.

1. DISFRUTAR DE LA VIDA, MI FAMILIA Y AMIGOS (Y HACER QUE ELLOS DISFRUTEN CONMIGO) (FALLO). Empecé el año decidido a dejar atrás mis miedos y viajando a Pittsburgh para conocer mejor a mis nuevos compañeros en Sngular. Conseguimos un despacho enorme en nuestro coworking -que nos proporcionaba la privacidad que tanto anhelábamos- y ampliamos el equipo para repartir mejor nuestra carga de trabajo. Todo iba viento en popa. Entonces, llegó el COVID.

Como muchos otros, combatí la insoportable sensación de impotencia trabajando todo lo que pude para salvarguardar el medio de vida del que dependían mi familia y los compañeros a los que había convencido para venir a trabajar conmigo. Algunos, como Marta, en pleno confinamiento. Eso me hizo entrar en una dinámica que me atornilló a la mesa de trabajo y oscureció todas mis relaciones, personales y profesionales. No realizamos ningún ERTE ni despedimos a nadie. Salimos adelante, pero no creo que sea consciente de todo lo que he sacrificado en el camino -amistades, cariños y lealtades- hasta que pase mucho tiempo; y no sé si algún día podré recuperarlo.

A pesar de incumplir por enésima vez mi propósito de año más importante, a finales del verano tomamos una decisión importante para intentar cambiar definitivamente de estilo de vida: nos mudamos a A Coruña.

2021: DAVID

El año pasado me marqué como principal objetivo conseguir que la responsabilidad autoimpuesta de cuidar de los míos y el miedo a no conseguirlo dejaran de dominar mi vida, impidiéndome disfrutar de mi día a día y de los que me rodean. No lo conseguí.

2020 ha sido -probablemente- el peor momento de nuestra Historia reciente para dejar atrás miedos e inseguridades. En 2021, no pretendo vencerlos sino impedir que condicionen mi estilo de vida. Estos son mis propósitos para lograrlo:

4. PROFESIONALIZAR LA ORGANIZACIÓN DE LA TARUGOCONF, PARA QUE LA DISFRUTEMOS TODOS O CANCELARLA. En 2020, conseguimos celebrar el evento a pesar todo y hacer realidad esa visión de crear una Tarugoconf online que fuera una mezcla de La Resistencia e Informe Semanal, pero solo gracias al esfuerzo de voluntarios y proveedores que ya son socios. En 2021 hay que conseguir encontrar una fórmula que permita que la Tarugo sea sostenible y, al mismo tiempo, siga aportando valor tanto a asistentes como voluntarios y ponentes. Si no lo conseguimos, no habrá Tarugoconf en 2022.

3. TOMAR CONTROL DE LAS FINANZAS FAMILIARES. Hasta ahora, he invertido un porcentaje temerario de nuestro patrimonio en financiar mis distintas iniciativas profesionales y personales -desde Manfred a la Tarugoconf- y me he centrado mucho más en generar ingresos que en administrar nuestros ahorros. Puede que sigamos haciendo lo mismo o no, pero hagamos lo que hagamos no deberíamos hacerlo dejándonos llevar por impulsos o la improvisación sino siguiendo una determinada estrategia. Nada sofisticado, simplemente establecer unos objetivos y llevar un control mínimo sobre el cumplimiento o no de los mismos.

2. RECUPERAR LA FORMA FISICA NECESARIA PARA SENTIRME A GUSTO CONMIGO MISMO. Ni acabar n carreras ni seguir dietas estrictas sino hacer ejercicio regularmente y llevar una alimentación adecuada para acabar el año con mejor salud y sin lesiones que, como hijo de un padre que murió demasiado pronto de un infarto al corazón, es por lo que me cuido. Como este propósito es demasiado general, voy a intentar aterrizar una lista de objetivos, ni obligatorios ni exhaustivos, que me ayuden a conseguirlo:

  • Acabar 2021 pesando menos de 70kg
  • Seguir una dieta baja en hidratos de carbono
  • Intentar hacer dieta vegetariana al menos un par de días a la semana
  • No comer alimentos ultraprocesados si no es estrictamente necesario
  • Hacer ejercicio, running, ciclismo o crossfit, al menos 200 días
  • Encontrar un entrenador personal o club de running en A Coruña para que me ayude a entrenar con criterio
  • Prepararme para dar la vuelta a la M30 de Madrid corriendo (alrededor de 35km) con el Club Turing, antes de que llegue el verano
  • Prepararme para correr la maratón de Atenas el próximo 14 de noviembre, independientemente de que acabe celebrándose o no; o de que acabe corriéndola.

1. DISFRUTAR DE LA VIDA, MI FAMILIA Y AMIGOS (Y HACER QUE ELLOS DISFRUTEN CONMIGO). De nuevo mi principal objetivo y, de nuevo, vuelvo a intentar autoimponerme ciertas normas para acotar mi vida personal y disfrutar de la misma esperando que la mudanza a A Coruña me ayude a cumplirlas y que no aparezca otra pandemia o hecatombe mundial que me haga saltármelas todas:

  • Planificar mi jornada de trabajo de 8:00 a 15:00h de lunes a viernes. Otra cosa es que consiga no trabajar a partir de esa hora, pero al menos sí planificar la agenda teniendo en cuenta ese horario.
  • Las Bonilistas deben escribirse, sí o sí, antes de que llegue el fin de semana.
  • El fin de semana, solo podré trabajar si el resto de la familia está ocupada.

Además, quiero marcarme una serie de objetivos, ni obligatorios ni exhaustivos, que me ayuden a alcanzar mi propósito:

  • Priorizar la decoración de nuestra nueva casa para convertirla en un hogar. Empezando por cambiar las bombillas que cuelgan del techo por lamparas que nos proporcionen luz ambiental, no de quirófano.
  • Buscar una actividad que nos arrastre todos los sábados fuera de casa… o que llene la nuestra de gente.
  • Intentar hacer algo a solas con Candela (ir al teatro, a comer, a una exposición) al menos una vez al mes.
  • Cumpliendo las restricciones sanitarias, ver al menos a un par de amigos cada mes y llamar a cuatro cada semana.
  • Viajar al menos una vez cada trimestre a Madrid con el único objetivo de ver a todos los amigos que pueda para demostrar que si algún día perdemos el contacto con ellos, la distancia nunca será el problema sino la excusa. 
  • Leer al menos un libro o acabar un videojuego cada mes.
  • Llevar un seguimiento mensual de mis propósitos y escribir un update público cada trimestre.

En 2020 me propuse ser Paquita Salas y la pandemia me convirtió en alguien lejano y ausente, siempre ocupado y preocupado; y casi nunca disponible.

En 2021 sólo quiero intentar ser David. No soy un héroe ni un superhombre, sólo un tipo normal que se contenta con conseguir que, aquellos a los que quiero y aprecio, lo sepan. Como canta Kylie, en un mundo que nos ha alejado de mil maneras diferentes, la mejor forma de acercarnos a los que amamos es recordarles lo que sentimos en vez de darlo por hecho.

¿Y TÚ?

Como ya es costumbre, iré recopilando aquí todos los propósitos de nuevo año o retrospectivas del viejo que me vayáis enviando o vaya encontrando.